lunes, 10 de enero de 2011

Donde solíamos gritar

He vuelto, y no hablo de las clases (que también)
El rinconcillo este ha estado bastante abandonado en navidades pero da igual, en todo caso lo habría leído javi y creo que ya ha perdido la esperanza de ver nada nuevo por aquí, así que todos contentos.
El otro día descubrí una frase que resume todo el tiempo que he estado sin escribir, y me gustó tanto que me acordé de repente de que tenía un blog perdido por ahí. Esta frase, de Dickens, dice: 'El recuerdo, como una vela, brilla más en navidad'. Cuanta razón.
La verdad es que a mí personalmente nunca me ha apasionado la navidad, debe ser porque vivo enfrente del Corte Inglés y la asocio con lo consumista, lo hortera y lo que es peor aun, con cortylandia. No entro a hablar de cortylandia porque pretendía escribir algo medianamente bonito y como empiece, no acabo.
A lo que iba, que estas vacaciones el recuerdo, como la vela, ha brillado más que nunca. Y, la verdad, era de esperar. Desde el día 11 de diciembre os he tenido a todos en mente, no sabéis cuanto.. he echado de menos el avión de ida, el de vuelta, el barco que mareaba, la isla, las doce horas andando en la isla, los mapuches, el bus, los chistes de gallegos del conductor, fumar a escondidas con los marines, el mate, los colocones de biodramina, las escapadas en Juan Fernández, Valparaíso, la casa de Neruda y , por supuesto, a todos los que hicieron que estos días me muriera por soportar dos horas a Dragó con tal de estar allí otra vez. Aunque no vayáis a leerlo estoy segura de que sabreis de sobra que no se me olvida nadie, y mucho menos gente como vosotros.

Hablando de recuerdos que brillan, estas navidades ha faltado más que nadie la mejor persona que he conocido nunca, y que lo será siempre aunque se haya ido. No sabes cuánto te echamos de menos.

A todos, y a los que me aguantan en Madrid, gracias por este año.

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