jueves, 2 de febrero de 2012

If i had a gun

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o a la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz.
Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo. Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando. Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche sin necesitar un abrazo suyo, o tan siquiera discutir una vez más.Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras leíais esto, os ha venido su nombre a la cabeza. Os libraréis de él o ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma) pero os aseguro que no pasará un día en que no deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.

 Cortesía de Espizua via Facebook