Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo. Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando. Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche sin necesitar un abrazo suyo, o tan siquiera discutir una vez más.Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras leíais esto, os ha venido su nombre a la cabeza. Os libraréis de él o ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma) pero os aseguro que no pasará un día en que no deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Cortesía de Espizua via Facebook